jueves, 26 de agosto de 2010

¿Antes, después y ahora?

Fue en aquella noche fría de invierno que por primera vez sentí miedo de seguir viviendo.
Siempre que terminaba de cenar, cuando estaba solo en mi casa, tomaba uno de esos hongos amarillos mezclado con otras sustancias que no vienen al caso enumerar y masticaba esa preparación por unos minutos, hasta que mi forma de ver las cosas cambiaba, y eso me inspiraba a escribir, esta era mi formula infalible. Con ella escribí cosas relativamente buenas, o que al menos la gente las leía con entusiasmo, que no siempre es lo mismo.
Pero esa noche nada fue igual, creo que mi cabeza se saturo por completo, el día de por sí había sido raro, todo lo que oía tenia un eco que perduraba excesivamente en mis oídos. Después de un baño caliente al atardecer, me relaje y esos raros sonidos desaparecieron.
Cene de la manera habitual, hice una sobremesa tranquila y sentí deseos de tomar una dosis de inspiración artificial para denominarla de alguna manera, instantáneamente sentí un violento efecto, golpes constantes en mi cuerpo, en mis brazos, en mis piernas, en mi espalda y mi cara desformándose.
Estos estimulantes nunca habían funcionado así, su única consecuencia era generar un estado de relativa desinhibición.
De un momento a otro los golpes se detuvieron, y aparecieron nuevamente los ecos del día, el miedo me supero y empece a caminar, a correr pero el desmayo sobrevino, antes de caer quede inmóvil un momento y luego me tendí en la alfombra.
Nunca supe cuanto tiempo permanecí inconsciente. Cuando desperté estaba en un lugar de la casa que no recordaba y los muebles giraban a mi alrededor, escuche dos gritos estremecedores y una extraña imagen apareció de la nada. Ella hablaba un dialecto desconocido, aunque de alguna forma entendí, pedía que me acerque, pero me era imposible, no podía realizar un solo movimiento. Luces multicolores iluminaron la sala y ese espectro o imagen tomándome de la mano me pregunto, ahora si en castellano, si quería recorrer mis vidas anteriores. Era raro, nunca creí en la reencarnación, ya no tenia miedo y como me gustaba experimentar acepte, pasamos a través de túneles y llegamos a una antigua mansión, cuando entramos vi a un hombre muy enfermo casi a punto de morir recostado en una cama, mis miedos reaparecieron, experimente una sensación inexplicable, le pedí, o más bien le rogué a esa imagen que me llevara devuelta a mi vida cotidiana, que no soportaba más aquel estado de paranoia.
Ella me miró a los ojos firmemente y me di cuenta de que no hacían falta las palabras.
Ahora cumplo mi penitencia, por querer conocer cosas imposibles, y luego arrepentirme por cobardía a aceptar realidades a veces no tan reales, encerrado en un laberinto de sueños estoy, del cual todavía hoy, no se cuanto tiempo después, ya que en la eternidad se pierde la cuenta del tiempo, sigo buscando la salida.
M.A. 2001
"...después de todo tú eres, la única muralla...
si no te saltas nunca darás un solo paso..."
Luis Alberto Spinetta (1971)

sábado, 21 de agosto de 2010

Sone tan rigido, tan serio,
tan actuado, tan careta.
Dulce placer que se enciende solo para dejar ceninas de su existencia.

jueves, 12 de agosto de 2010

El pais de las maravillas

No cuentes qué hay detrás de aquél espejo,
No tendrás poder
Ni abogados
Ni testigos.