lunes, 5 de octubre de 2009

El trono

Las diagonales se abren, los alfiles deslizan sus suaves y armónicas maniobras sobre un cuadriculado tablero que parece conocido. Infinitas variantes, en las cuales el tiempo transcurre sin que conozcamos un final.
Decisiones lentas son sorprendidas por galopantes caballos.
El rey mantiene su trono, y de principio a fin desea otra dama. La competencia de seducción comienza, muchas cabezas caerán y ella hará lo imposible por mostrarse sensual, con el único objeto de derrotar a su eterno rival. Momento en el cual el rey de reyes castiga al soberano engañado, no por afán de castigar, sino por simple deseo de poder.
Cuando un súbdito es coronado se instaura otra monarquía, más humilde, pero pronto deviene la ambición y sobreviene la soberbia.
Sólo en ellas confío, de movimientos lineales, eficaces, directos, ellas me protegen, ellas por mi mueren.
M.A. Agosto 2004

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