miércoles, 9 de junio de 2010

Buenos Aires

Esta es mi ciudad en la cual nada es lo que parece,
donde la locura nos engaña, y el apuro nos maltrata,
lugar en el que el campo dejo de ser algo propio para convertirse en una paraíso lejano.
En la que se cree que la bocina es un desintegrador, y la calle un basurero.

Donde el amor es una palabra casi prohibida, o confundida con el tener,
donde las posesiones son lo más importante aunque no muchos poseen realmente.
Ciudad en la cual para demasiadas personas las utopías dejaron de ser ideales de un lugar distinto, sino más bien el poder comer todos los días,
Ciudad en la que no hay pueblo ni nación, sino más bien una selva en la que todos luchamos por sobrevivir.

En este suelo tan querido nos amontonamos por el odio, y nos marchamos por el amor.
Donde solo protestamos si nos cagan,
O protestamos por los que protestan, generando que el IOA (índice de odio acumulado) crezca.
Donde todos somos una manga de cobardes, traidores, e inservibles, que nos importa un carajo todo, menos obviamente nosotros mismos.

Los momentos placenteros los vemos disminuidos a solo unos minutos por día, y eso únicamente para los más afortunados.
Donde dejamos las costumbres y la cultura de lado, asándonos en un sonido electrónico de pastillas.

Aquí si no jodes te joden, así que aprovechamos para matarnos los unos a los otros, antes de caer muertos,
Vivimos todos equivocados, ya no pensamos, hacemos lo que alguien dice,
Caminamos por donde podemos a empujones y patadas,
Somos los más susceptibles, y no tenemos la paciencia de escuchar, total todo es más de lo mismo.
Vemos TV sin saber que miramos, y cumplimos a rajatabla las indicaciones de esa maldita caja negra.

Nos alarmamos por episodios terroristas en el mundo, aunque no queremos descubrir en que lugar del mapa ocurrieron.
Se nos mueren chicos a pasos de nuestra entrada, pero es más importante preocuparse por saber cuanto subió o bajo el euro.

La cultura dejo de ser nuestro patrimonio, y paso a ser una palabra por descubrir,
Una virtud de unos cuantos, que seguramente son bohemios, y gente despreocupada,
Esta bien, hay que dejarse dominar si no sabemos como manejarnos, hipotequemos nuestras vidas a terceros, ellos están bien y quieren lo mismo para nosotros.

Nos mentimos mutuamente, y lo que es peor pensamos que algo va a cambiar,
Pero nada absolutamente nada va a modificarse, solo podemos empeorar,
eso es lo hacemos bárbaro, empeorar, sabemos la formula y la aplicamos todos los días.

El grito esperanzado no es más que eso un grito.
Por lo que es mejor irse, marchémonos a otro país que una vez allí, perderemos nuestra identidad sudaca, y negaremos tres veces antes de que salga el sol que somos argentinos, porteños y que nacimos en el culo del mundo.

Nos vamos a morir argentinos y porteños, los dos peores males del mundo,
somos los intocables, los llorones del tiempo pasado, los soberbios, los licenciados en el todo, los que tenemos científicos en la NASA, mientras que aquí nuestros maestros se mueren de hambre.

M.A. 22/12/2005.

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